El paciente B acude a nuestra consulta al poco tiempo de haberse realizado un tratamiento de ortodoncia en otra clínica. Refiere no estar contento con el resultado del mismo. Tras una primera exploración se le explica que es un caso complejo. Es consciente de ello y nos cuenta que en la otra clínica reconocieron no saber como mejorar o acabar el caso.

Se trata de un paciente joven con un gran desgaste por bruxismo y un tamaño de maxilares invertidos, esto es, la arcada superior más pequeña que la inferior; esto genera una mordida cruzada de los dos lados (muerde al revés en las zonas posteriores).